La tortícolis congénita,  es una patología relativamente frecuente, ya que se da en aproximadamente el 0,4% de los bebés y aunque generalmente no entraña gravedad si requiere tratamiento fisioterápico desde el momento en el que se diagnostica. Desde el Centro de Fisioterapia y Osteopatía Eguzki , estamos a vuestro servicio para el tratamiento de esta lesión pero antes queremos que conozcáis un poco más sobre ella.

La tortícolis congénita es una anormalidad postural que adquiere la cabeza del recién nacido a causa del acortamiento del músculo esternocleidomastoideo (ECOM) que se ubica en la parte antero-lateral del cuello.

La función del ECOM es la inclinación del cuello hacia el mismo lado de la contracción muscular y la rotación hacia el lado contrario. Es en esta postura en la que se mantiene el bebé, fomentando la presión constante de una única zona del cráneo y con ella, muy habitualmente, la deformación en aplanamiento de esa región craneal ( plagiocefalia).

Las causas de la tortícolis congénita son normalmente alguna de las siguientes:

  • Una mala posición dentro del útero de la cabeza del bebé, lo que provocaría que se contrajera el músculo (esternocleidomastoideo) y, como consecuencia, que este músculo se engrosara (fibrosis) y acortara.
  • Una alteración en la irrigación sanguínea del propio músculo durante el embarazo (la arteria que lleva sangre al músculo está comprimida).
  • El estiramiento excesivo del esternocleidomastoideo durante el parto a la salida de la cabeza, causando un hematoma que cuando se reabsorbe deja una cicatriz (tejido fibroso) que acorta y resta flexibilidad al músculo y esto hace que la cabeza se incline hacia un lado.

Sospecharemos de una tortícolis congénita cuando detectamos, en el niño durante sus primeros días de vida, que siempre tiene la cabeza inclinada hacia el mismo lado, que le cuesta girar hacia el otro lado y que mantiene una elevación del hombro en el lado afectado.

El ECOM aparece contraído, duro, y presenta en el tercio distal una tumefacción de tamaño variable. Además en ocasiones, podemos notar un abultamiento ( tumor ovoide acuoso) como una oliva en el esternocleidomastoideo que se suele reabsorber en los primeros 2-3 meses de vida. Otro signo, será presentar una asimetría facial. Y en los bebés más grandes encontraremos que el músculo se endurece (fibrosis) y la cabeza se inclina hacia ese lado, la fibrosis restringe la rotación de la cabeza y la flexión lateral del cuello.

Aún así, si existen dudas el médico podrá solicitar varias pruebas diagnósticas tales como radiografías para determinar si hay anomalías en los huesos del cuello y los hombros o fracturas de clavícula asociadas, ecografías, resonancias magnéticas o estudios de las células musculares en el laboratorio. En cualquier caso, es importante la detección rápida de la lesión para evitar problemas irreversibles o lesiones asociadas como escoliosis, limitaciones visuales, evolución psicomotora lenta o falta de desarrollo en los huesos de la cara. En la valoración inicial, es importante también valorar las caderas del pequeño, ya que el 20% de los niños con tortícolis muscular congénita presentan de forma asociada algún grado de luxación congénita de cadera.

Tanto la fisioterapia como la osteopatía pueden ayudarnos tanto a diagnosticar cual es el problema que presenta nuestro bebé como a mejorar los síntomas.

La osteopatía diagnosticará y tratará de forma no invasiva la plagiocefalia, mejorando con ello secundariamente la movilidad de su columna así como ayudando a restablecer la normalidad de su estructura craneal.

La fisioterapia, por su parte, se encargará de mejorar el estado del esternocleidomastoideo mediante técnicas de masaje clásico, movilizaciones pasivas, mediante estiramientos, y técnicas activas, a través de juegos, de la cabeza y cuello del bebé, siempre teniendo en cuenta el conocimiento del desarrollo motor y ontogénesis postural.

Pero con esto no es suficiente, otro factor vital para el éxito del tratamiento es el papel activo de los padres, ya que serán los encargados de ayudar diariamente a la movilidad activa del cuello mediante juegos y suaves estiramientos que nosotros les enseñaremos. Y al mantenimiento de una correcta higiene postural siguiendo pautas como:

  • Situación de la cuna: el niño debe recibir los estímulos siempre en el sentido de la corrección de la deformidad.
  • Cambiar regularmente la posición del niño evitando posturas incorrectas que empeoren la tortícolis.
  • Intentar que los juguetes y cualquier estímulo verbal o visual sea en sentido correctivo.
  • Cuando esté despierto y boca arriba, se coloca una almohadilla sobre el lado de la contractura para que eleve la cabeza.
  • Cuando le llevemos en brazos, colocar al niño con la cabeza girada en el sentido contrario a la deformidad e intentar mantenerlo con vuestro mentón.
  • Intentar darle el pecho del lado contrario para que la posición sea la correcta. Cuando le demos de mamar del mismo lado del ECOM lesionado, la madre deberá adelantar el pezón para que éste lo busque en corrección

Debemos continuar con el tratamiento hasta que la tortícolis se haya resuelto completamente, hasta que el movimiento del cuello y de la cabeza se hayan normalizado.

El pronóstico de evolución es muy bueno cuando la deformidad se diagnostica en el recién nacido o durante los primeros meses de vida y el tratamiento mediante manipulación y ejercicios de estiramiento se inicia inmediatamente. De hecho el 90% de los bebés consigue la corrección completa sin deformidades residuales. Sin embargo, los niños que hacia el año de edad no han respondido de forma adecuada al tratamiento o han sido diagnosticados con retraso, pueden necesitar un tratamiento quirúrgico, que consiste en un alargamiento del músculo esternocleidomastoideo.

En el Centro de Fisioterapia y Osteopatía Eguzki contamos con un equipo de profesionales que pautaremos las técnicas más adecuadas de fisioterapia, osteopatía y desarrollo psicomotor para el tratamiento de su bebé.

Raquel Collado Avila

Colegiada nº1241

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